La medición de la iluminación debe ser clave para la adaptación de las zonas a sus respectivos usos, ya que no sería beneficioso encontrarse con puntos de luz desenfocados, inferiores a los adecuados o que pudiesen causar daños permanentes o la necesidad de usar luces de apoyo por una mala gestión del material inicial que tenemos en la iluminación. Los luxómetros ayudan en la tarea de medición a través de su célula fotoeléctrica, la cual es capaz de captar la luz de la zona y convertirla en impulsos eléctricos, los cuales son interpretados para obtener una medición y unos resultados que interpretaremos para evitar efectos perjudiciales.
Sus diferentes usos vienen de la mano de las mutiles facetas del ser humano que ha necesitado de la medición, desde su uso para el cine midiendo la cantidad adecuada de luz hasta para inspecciones de riesgos laborales respecto a la cantidad de luz mínima adecuada en los puestos de trabajo, pasando por la medición de contaminación lumínica que actualmente nos afecta en muchas zonas del planeta. Muchos luxómetros vienen equipados con opción de grabación de datos para su posterior comparación con lo que se optimiza su uso y se adecua a diferentes usos y ambientes.
