La prevención de efectos perjudiciales para el ser humano es la base de muchos aparatos de medición. En este caso, el sonómetro ayuda al análisis de los datos de la medición realizada en la presión sonora, proporcionando el conocimiento del daño auditivo. Los análisis pueden realizarse de forma manual o pueden programarse; siempre viene compuesto por varias piezas fundamentales, sea de la marca que sea, y consta de un micrófono el cual puede generar una respuesta adecuada a escala de audiofrecuencias, un circuito de procesamiento de la señal medible de forma electrónica y una unidad de lectura que por lo general suele ser una pantalla digital. Muchos modelos poseen, además, una salida desde la cual se puede adaptar un osciloscopio, con el cual medir también la visualización y longitud de la onda.
Las mediciones pueden optar a ser tanto de sonidos leves como el canto de un pájaro hasta sonidos que llegan a ser estridentes, como el despegar de un avión, en tiempos diferentes, ya que hay mediciones de tan solo un segundo, otras eficaces en milisegundos,… con lo que en general, la medición se convierte en una prevención y una búsqueda de fallos en el sistema auditivo humano para su posterior tratamiento.