La modernidad trajo consigo un avance tecnológico como no se ha visto nunca. Las maravillas electrónicas modernas son justamente maravillas que nos facilitan la vida, nos entretienen y ayudan en nuestras rutinas diarias:
El celular: ¿quién no tiene un teléfono móvil? Este pequeño aparato nos ha cambiado la vida de muchas maneras. Hay algo muy interesante en el hecho de poder estar conectados con el mundo las 24 horas del día, los 365 días del año. Los móviles han tenido un gran avance, los primero eran gigantes y sólo se podía llamar y recibir llamadas, luego salieron unos más pequeños con los que podíamos enviar textos además de las llamadas. Luego se comenzaron a agregar otras funciones cómo calendario, agenda, juegos. Hoy en día, la telefonía móvil nos permite revisar nuestro correo electrónico, ver nuestra página de Facebook o de Twitter, la verdad son verdaderos computadores.
Ordenadores portátiles: estas máquinas son realmente una maravilla. Nos permite tener movilidad ya que podemos llevarlos a cualquier parte del mundo. Los ordenadores portatiles también han tenido un avance en el tiempo ya que los primero eran muy pesados y costosos. Hoy son muy livianos y cada vez más pequeños y la variedad que hay en el mercado hace que los precios alcancen para todos los bolsillos.
Tablet: las tablet son grandiosas para ahorrar espacio, es tener un computador pequeño que podemos llevar en el bolso sin que siquiera se note o pese. Como usan la tecnología touch el ahorro de espacio se maximiza ya que tienen el teclado en la pantalla. Gracias a la tecnología que viene incluida en las tablets podemos ver imágenes con gran resolución, podemos hacer diseños, leer algún libro o usarlo como cuaderno, muy útiles para estudiantes.
Por cierto que hay muchos otros aparatos electrónicos que nos simplifican las cosas, pero estos tres son a los que mayor provecho podemos sacarle debido a la gran variedad de funciones que incluyen, no por nada la industria de la electrónica es una de las que han tenido mayores ganancias en las últimas décadas. Ciertamente estamos viviendo una era futurista que nuestros antepasados no hubieran ni siquiera soñado.